Violencia materna, vulnerabilidad, desafío y redención, en Vértebra
- Alegría Martínez

- 22 ago
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*Dramaturgia y actuación de Felipe Alfaza, con dirección de Luis Alcocer
*Dos últimas funciones, 25 y 26 de agosto en El Milagro
Alegría Martínez
Un maniquí que por cabeza tiene un ojo gigante bajo un gorro, luce una breve capa y un atuendo compuesto por un entallado corsé con agujetas colgantes y falda, todo en color hueso. Se trata de un personaje llamado “Vértebra”, nombre que Felipe Alfaza, dramaturgo y actor, ha otorgado a la representación de su madre -víctima y perpetradora de violencia familiar- que da título a su obra.
El sonido de olas marinas que rompen, envuelve el espacio, donde el piso recuerda un pequeño tablero de ajedrez sobre el que descansan una cabeza de caballo blanco a un extremo, dos recipientes y una columna vertebral, a unos pasos del público.
La mancuerna artística entre el joven autor y el reconocido director Luis Alcocer, -titular del Proyecto Granguiñol Psicotrónico, dedicado a la exploración escénica de lo siniestro- hace de Vértebra una experiencia que sacude al espectador a través de poderosas imágenes, sonidos, luz, acción y palabras, elementos y lenguaje en los que Alcocer es experto, que nutren la postura desgarradoramente vulnerable y honesta del dramaturgo y actor, Alfaza, protagonista único del montaje.

Lejos de las puestas en escena que toman como eje principal, fragmentos de vida de quienes las escriben y representan, que en ocasiones suelen ser un pretexto para re victimizarse, o resultan propuestas esencialmente pretensiosas bajo un ego descomunal, el autor de Vértebra -que de la mano del director, hace de su experiencia un suceso universal a partir de la violencia- revive crudos episodios de su infancia y adolescencia mediante escenas en las que se dirige al espectador, ante el que se expone abierta y valientemente como ser humano.
El recuerdo de la franca necesidad de ayudar, el efecto que causó en Alfaza, a su corta edad, vivir en un barrio de personas viejas, los sueños recurrentes que alguien del público le comparte desde su butaca, y uno propio que alude tal vez a la sangre que corre invisible en un grito bajo la herida, oscilan entre dolorosas vivencias de infancia y adolescencia, ante una adultez que hace acopio de valor y fortaleza.

La dramaturgia de Felipe Alfaza se sumerge en el cúmulo de obstáculos generados por la violencia materna que impiden avanzar en la vida, sumados a ese continuo abuso de difícil y postergada comprensión para la víctima, en tanto proviene de quien sufraga los gastos de su subsistencia, la persona que en teoría debería amarlo y protegerlo, de ahí el inmenso trabajo que cuesta detectar el origen de la herida múltiple y expansiva.
Las frases de humillación, incluidas la ruda confesión del rechazo materno, la discriminación y la homofobia, son una constante que determina la existencia, no obstante, inserta en el ritual liberador del presente montaje, cuyo humor corrosivo purifica y reconforta, al tiempo en que reconoce el germen familiar y social de la violencia, misma que encaramada a la enredadera de su propagación, abre paso a la autoconciencia del protagonista y al desafío de ser quien él quiere, más allá de lo impuesto.

Vértebra es un trabajo artístico que conjuga el teatro físico, el manejo de títeres, máscara y objetos, en un espacio donde sombras, luz y sonido, incluida voz en off, construyen una estética y una narrativa, teatral y cinematográfica propia de los montajes creados por el dramaturgo, director de escena, guionista e investigador Luis Alcocer, que ha estrenado: La invención de la histeria; Teatro de momias; El juego de mamá y dos obras de Itzel Lara: Instrucciones para sembrar un jardín, y Diane.
Las propuestas escénicas de Alcocer mantienen al público al filo de un abismo que atrae y repele a un tiempo en tanto rozan el inconsciente, generan morbo, rechazo y fascinación, como un poderoso imán imposible de ignorar.

Con el torso desnudo, descalzo y vestido con una falda confeccionada en el mismo material que el que porta la representación de su madre, Alfaza dialoga también con una columna-títere, personaje animado que él manipula. Especie de serpiente conformada por esa indispensable serie de huesos cortos que en sus manos se extiende y se contrae fuera del cuerpo humano, como si pudiera atacar y acariciar a elección y en defensa de quien mueve los hilos.
El dolor, el odio, la agresión, la exposición de un trágico abuso, con nombre y apellido, son transformados en acción, en espectáculo, en canto, en confesión, en apropiación y desconfiguración de un himno homófobo, en un performance que lastima y más tarde alienta, al exponer una vulnerabilidad que se torna fuerza, progresión y desafío.

Vértebra sobrecoge, purifica en una espiral de azoro, cargada de llanto y alguna risa. Expone y reconoce la corrosión de esa violencia en cadena, mediante una ceremonia escénica, no exenta de autocrítica, en la que tiene cabida aunque tardía, una aceptación sonora del desastre causado. El público reconoce con un largo silencio de pasmo antes del aplauso, que una parte de sí también ha sido expuesta en ese ser humano que sostiene la mirada al horizonte.
Créditos:
Vértebra es una coproducción entre Proyecto Gran Guignol Psicotrónico, La Reserva Oculta A, C, y Yoeli Padrón, que cuenta con: actuación y dramaturgia de Felipe Alfaza; dirección, asesoría en dramaturgia y diseño de iluminación, de Luis Alcocer; producción de Yoeli Padrón; asistencia general de Andoni Guerrero; escenografía de Alejandra Vega; diseño sonoro de Fsunami Gill; asesoría de movimiento de Graciela López Herrera; Identidad y diseño gráfico de Danna Martínez; asesoría en dramaturgia de Emmanuel Lapin, Abigail Pulido y Estefanía Norauto; voz en off de Gabriela Carmona; diseño de vestuario Sergio Mirón y realización de vestuario de Sergio Mirón, Carlos Iván Guzmán Guzmán y Itahlu.
Aquí el dato:
Vértebra ofrecerá las dos últimas funciones de esta temporada, el lunes 25 y el martes 26 de agosto de 2025, a las 20:00 horas en el Teatro El Milagro, ubicado en Milán 24, Col. Juárez. CP 06600, Cuauhtémoc, Ciudad de México. (Clasificación: mayores de 15 años).
Duración: una hora 10 minutos
Costos: General: $300.00, $150.00 maestros y vecinos de la alcaldía Cuauhtémoc y $100.00 estudiantes e INAPAM.



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