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Pelegrina, criada de Fedra, rompe el silencio con humor y rabia.


Alegría Martínez


Qué inmenso hueco deja la ausencia de un perro amado: la falta de su mirada que parece entenderlo todo, su silencio y su amorosa compañía, su apacible “estar” al lado de su humano sin juicios; de todo esto y más, aunque sin nombrarlo así,  y de la estela trágica de Fedra, la soledad, la mirada  acuciosa de la nodriza, que es ahora el personaje principal, además del destino y la resistencia, con destellos de humor, trata  La maldecida, obra de la escritora argentina Patricia Suárez, en la que actúa Claudia Frías, bajo la dirección de Víctor Carpinteiro. Montaje nutrido por la madurez artística de los tres artistas.


Como en fuga de las distintas versiones de Fedra -de Eurípides, Racine, Séneca, y Unamuno, a Kane y Mayorga- el personaje de Enone, su criada, llamada aquí Pelegrina, llega hasta un paraje solitario, sostenida en el lamento del vacío que le ha dejado su perro, así, sin nombre. Un guardián fiel, que ante un gran conflicto en su hogar, se echó a correr con el pelaje encrespado.  


Foto: Alegría Martínez
Foto: Alegría Martínez

Claudia Frías, actriz regiomontana, que ha trabajado en teatro, cine y series televisivas, protagonista de Paty Diphusa, de Almodóvar, hace acopio de su experiencia para construir a un personaje que en esta oportunidad toma cuerpo, emite voz y mirada profundas y directas, que no se detienen hasta llegar nítidas al espectador, inmerso en el asombro de asistir al duelo de una mujer que tuvo que postergar su vida para sostener la de otros.


El desasosiego repta por el cuerpo de esta mujer madura, cubierto con una larga y amplia túnica azul, que deja ver su falda oscura sobre sus botines negros.  Un gran medallón, tal vez de cuero, pende de su cuello, que levanta un rostro duro bajo un turbante que envuelve por completo su cabello. Anchas muñequeras de piel negra destacan en sus manos que se vuelven garra y puño en alto.


El monólogo escrito por Suárez, la dramaturga rosarina -que ha registrado 218 obras de teatro en la Sociedad General de Autores de la Argentina, (ARGENTORES) y que, como lo ha dicho, planea llegar al menos a 300- hace hablar al único personaje de La maldecida, de la situación trágica generada por la pasión que siente Fedra hacia su hijastro, Hipólito, pero esencialmente comparte con el público  su historia de vida,  la de una criada que se asume esclava, que fuera vendida en su infancia por su madre para sostener a sus hermanos.


Foto: Alegría Martínez
Foto: Alegría Martínez

 La soledad que aqueja a Pelegrina, sin su compañía de cuatro patas, abre el cauce de sus recuerdos, descubre una fuente de palabras que rompe el silencio en el que se ha mantenido toda su vida, a buena distancia del amor. Conocedora de lo que siente su señora Fedra y bajo la astucia de mujer alcahueta escurridiza, terrenal y abrupta, la nodriza es honesta y  paradójicamente crítica del “destino”, esa sentencia trágica a la que ella despoja de su poder inamovible desde el sarcasmo.


La multipremiada escritora argentina, también autora de la trilogía “Las polacas”, entre muchas otras, ubica bajo el reflector, en La maldecida, a una mujer protectora del mundo, que antepone los motivos de los otros a los suyos y endurecida grita, abandonada por el único ser vivo, con pelaje color canela, que seguía sus pasos. Sin embargo, su lamento  -que se vuelve también una sonoridad expansiva en el escenario a través de la música-  está envuelto en esa esencia que abre espacio a un humor crítico, a la comprensión de lo que implica vivir al margen.


 La dirección de Víctor Carpinteiro conduce a la actriz por una amplia variedad de tonos y significados, traducidos también en amplios movimientos corporales y gestuales, a los que la actriz Claudia Frías dota de verdad sobre un escenario prácticamente vacío, donde un cubo, una rama y una bella bandeja con agua, resumen los parajes por los que deambula Pelegrina.


Foto: Alegría Martínez
Foto: Alegría Martínez

El texto de Patricia Suárez, que a partir de la trágica ausencia de un perro, crea el universo de una mujer obligada a resistir desde su nacimiento, a luchar por su vida sin cobijo alguno, abre vías en torno a un personaje que cobra una nueva dimensión.


La actuación de Claudia Frías evidencia su trayectoria, su conocimiento de los  géneros, su entrega sobre el escenario y una manera franca de plantar a un personaje inteligente y  rudo que se agiganta ante los obstáculos. La dirección de Víctor Carpinteiro, pone en juego su experiencia como actor y director ante los desafíos de un texto complejo y divertido al que hace serpentear con soltura en la marginación humana y en la  búsqueda de un personaje femenino para mantenerse en pie, al tiempo en que guía a la actriz y le da libertad para crecer en escena.


La maldecida es una experiencia que llama ser vista con la apertura con la que su único personaje se reconstruye cada día.

 

 

Aquí el dato: 

La maldecida se presenta el domingo 20 de julio y los domingos  3, 10, 17 y  24 de agosto, a las 18:00 horas, en El círculo Teatral, ubicado en Veracruz # 107, colonia Condesa. Reservas al:  55 55 53 13 83. Whatsapp  56 2018 94 87.

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