Alegría Martínez
Rodrigo Murray se sube al escenario con peluca plateada evidentemente falsa, con la que juega a encarnar a Leonardo Da Vinci, sin maquillaje, bajo un blusón de satín rosa y con celular en mano. A unos pasos se yergue un cubo de 200 kilos que mide 2x2 metros. Se trata de “Leonardo 4”, pieza creada por el escultor Enrique Carbajal González, mejor conocido como Sebastián, que desplegará su geometría, como los fragmentos de vida del artista florentino traídos al presente por el actor.

Foto: Alegría Martínez
El hombre emblema el Renacimiento, arquitecto, ingeniero, escritor, filósofo, anatomista, artista plástico, pionero de los automatismos, e inventor de máquinas entre muchas proezas más, es la inspiración de Murray para unir aquellos pasajes de vida en los que el también ingeniero militar, se enfrentó a la duda, la zozobra, el fracaso del ser humano y el éxito posterior, que nutren el trabajo del actor, al ensayar una obra de teatro sobre el genio (Italia 1452-1519 Francia ).
La puesta en escena titulada Leonardo, escrita por Murray, que él actúa y dirige, plantea sobre el escenario, al propio actor que desea gestar una obra sobre el creador de “La última cena”, inmerso el histrión en los problemas actuales, tanto sentimentales, como económicos y creativos, a los que desde otra época y con sus amplias diferencias, se enfrentó Da Vinci.
Apoyado en pasajes y datos históricos, salpicado con sucesos del presente, incluidas las interrupciones vía teléfono celular de su esposa, una taquiza y reunión con sus cuates, que el actor proyecta con buen humor, como si estuviera su casa con amigos, Rodrigo Murray se desdobla, con ligereza en los dos personajes, como el enorme cubo de color verde, rosa y distintos tonos de azul, al que de repente necesita mover con la pierna para revelar una nueva sorpresa.

Foto: Alegría Martínez
La relación del actor consigo como personaje, y de éste con un Da Vinci de cabellera larga y plateada, -de la que se despoja cuando le estorba para mover las partes de la escultura que aluden a la obra del genio- conforma un juego escénico íntimo, divertido e interesante, apoyado en una extensa investigación, que invita al espectador a acercarse tanto a Da Vinci como a Murray, que se arman, se separan y se complementan.
El montaje ofrece también la oportunidad única de disfrutar de una escultura de Sebastián en acción, más allá de sus obras urbanas de concreto y/o acero presentes en calles de nuestra ciudad, como la amarilla escultura monumental “Cabeza de caballo” de 80 toneladas y 28 metros de alto, que se encuentra en el número 10 de Paseo de la Reforma; la encarnada “Leonardita”, en la Facultad de Ingeniería de la UNAM y el multicolor “Papalotl”, en Papalote el Museo del Niño, entre muchas más, que sobresalen en distintas entidades de la República Mexicana, además de las que se pueden apreciar en España, Japón, Argentina, Cuba, Río de Janeiro, Estados Unidos, entre otros países.

Foto: Alegría Martínez
Las distintas posibilidades de movimiento de “Leonardo 4”, construido con material dúctil que permite la interacción del actor con la obra, resume el trabajo de Sebastián, permeado por el sentido del juego con la escultura geométrica y del actor-dramaturgo-director, en escena.
Los razonamientos físico-matemáticos del volumen, de la tercera dimensión en el espacio y la combinación de colores y formas, contenidos en “Leonardo 4”, se concretan ante el espectador como si esta obra floreciera sin pausa en distintos paisajes geométricos, vinculados a los descubrimientos de Da Vinci, que en su inconcluso “Tratado sobre la pintura” aludió a su trabajo como “una investigación del espíritu”.
Murray alude placenteramente a la época del autor de “El hombre de Vitruvio”, para quien la ciencia es el “conocimiento de las cosas posibles en el futuro, en el presente y en el pasado", desde la admiración y el amor por su legado y por su grandeza como hombre, al que trata de tú, como a los espectadores, a los que mira a los ojos e involucra en ese diálogo en el que Leonardo es un hombre, como el que lo interpreta a ratos.
Leonardo es un divertido y ameno juego escénico, un viaje, sencillo en apariencia, que une épocas, emociones, información, conocimiento, e integra un suceso dramático de ficción que engrasa bien la estructura de la obra.
Rodrigo Murray, actor de televisión, voz de comerciales, conductor y docente, abre un espacio de diálogo al final del viaje, para las personas del público que quieran expresarse en torno a Leonardo, cuyo legado está vivo, como el histrión y como el gran cubo de geometría que florece.
Aquí el dato
Leonardo se presenta todos los miércoles, del 6 al 29 de noviembre y el 4 de diciembre, a las 20:00 horas en el Teatro Xola Julio Prieto, ubicado en Avenida Xola, No. 809, Colonia Del Valle. Alcaldía Benito Juárez.
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